La Minería del Siglo XXI: Litio y Cobre para el Desarrollo Argentino
En el actual contexto global de transición energética, Argentina se encuentra ante una gran oportunidad gracias al potencial de su subsuelo, destacando especialmente el litio y el cobre como minerales estratégicos. Aunque la actividad minera tiene una larga historia en el país, hoy está impulsada principalmente por estos dos recursos clave.
El litio es fundamental para el almacenamiento de energía, utilizado en vehículos eléctricos, dispositivos digitales y energías renovables. Actualmente, Argentina se posiciona como un productor relevante, con perspectivas de crecimiento significativas. Durante 2024, el país produjo alrededor de 70.000 toneladas de carbonato de litio, gracias a la entrada en operación de nuevos proyectos en la provincia de Salta, que se suman a los de Jujuy y Catamarca, alcanzando un total de seis proyectos en producción. Además, hay más de una veintena de proyectos en distintas etapas de desarrollo.

El Cobre: Un Mineral Clave
En paralelo, el cobre es otro mineral esencial en el nuevo paradigma energético e industrial. Su demanda se multiplica debido a sus propiedades como conductor eléctrico, fundamentales en el auge de las energías limpias, los sistemas de transmisión y los centros de datos. Argentina posee importantes reservas de cobre, especialmente en la provincia de San Juan, además de Salta, Catamarca y Mendoza, donde ya se proyectan iniciativas de gran escala que podrían marcar un punto de inflexión para la minería nacional.
La minería genera actualmente alrededor de 39.000 empleos directos y dinamiza las economías regionales, impactando sectores como la hotelería, la construcción y el comercio. Sin embargo, la actividad productiva está concentrada en cinco provincias: Santa Cruz, San Juan, Jujuy, Salta y Catamarca, responsables del 95% de las exportaciones del sector. A pesar de que el oro y la plata representan más del 80% de las exportaciones, el litio ya alcanza un 15%, y el cobre, aunque aún no se explota a gran escala, es visto como la gran promesa de expansión futura.
Oportunidades de Desarrollo
Uno de los grandes desafíos actuales es extender la actividad minera a otras provincias que cuenten con los recursos y condiciones necesarias para su desarrollo. Es fundamental garantizar consenso social con las comunidades, lo cual requiere diálogo permanente, transparencia y participación ciudadana. Aunque estudios recientes indican una mejora en la percepción pública sobre la minería, aún persisten tensiones en algunas regiones donde la actividad está prohibida por falta de acuerdo político y social.
Iniciativas como el Programa de Asistencia para la Minería Sustentable, impulsado por el Consejo Federal de Inversiones (CFI), buscan fomentar la legitimidad mediante la formación de observadores ambientales y monitoreos participativos comunitarios. En Catamarca, por ejemplo, estudiantes de ingeniería y geología, junto con miembros de las comunidades, participan activamente en el monitoreo de proyectos.
Argentina es el quinto productor mundial de carbonato de litio, se encuentra entre los diez principales productores de plata y en los primeros veinte de oro. Además, las condiciones están dadas para desarrollar la explotación de cobre a gran escala. Sin embargo, el volumen de la actividad minera en Argentina sigue siendo bajo en comparación con su enorme potencial. Aun así, el país figura entre los quince territorios más explorados del mundo en términos de proyectos activos de exploración minera y el volumen de inversión asociada.
En este contexto, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) se presenta como una herramienta clave para consolidar proyectos de gran escala. Tanto el Gobierno nacional como varias provincias están impulsando su implementación con el objetivo de atraer inversiones y acelerar el despliegue de nuevas operaciones mineras. Más allá del marco normativo, se necesita una visión estratégica que combine sostenibilidad, federalismo productivo y valor agregado local.
La minería se convierte en un ancla de desarrollo regional. En zonas remotas de la Puna, la cordillera y la meseta patagónica, la actividad moviliza desde transportistas y equipos de perforación hasta geólogos, ingenieros, abogados y técnicos. Los salarios son de los más altos entre los sectores industriales y la demanda de perfiles técnicos continúa en aumento.
A nivel global, la transición energética avanza sin detenerse. Las estimaciones sugieren que, hacia 2040, la demanda de litio podría multiplicarse por 4 o 5, mientras que la de cobre aumentaría un 50%. En 2025, la minería argentina se enfrenta a un dilema entre su potencial y sus contradicciones. El litio está presente, el cobre también, y el mercado lo demanda. Las provincias argentinas tienen la llave para aprovechar esta oportunidad y, en convivencia con sus comunidades, generar progreso, oportunidades y bienestar.
* Claudio Trinca es especialista en el Sector Minería e Hidrocarburos del Consejo Federal de Inversiones (CFI)